jueves, 29 de abril de 2010

EL NILO

Fuente de vida y prosperidad, el Nilo fue fundamental en el nacimiento de la civilización egipcia, y marcó, al ritmo de sus estaciones, la vida de quienes habitaban en sus orillas.

Pese a situarse en una zona desértica y árida, Egipto acogió a una civilización de las más ricas y bellas de la Antigüedad. Ello fue posible gracias al río Nilo, que desempñó un papel crucial en la formación y desarrollo de la cultura egipcia.

Fuente inagotable de recursos, el Nilo aportó con generosidad el agua y los alimentos necesarios para la subsistencia de los egipcios, y su curso fue la principal vía de transporte de personas y mercancías por todo el país.
Con más de 6.000km el Nilo es el mayor río del continente africano. Inicia su periplo en la región de los Grandes Lagos, fluyendo hasta Sudán, donde toma el nombre de Nilo Blanco, y se une al Nilo Azul, que nace en Etiopía. Luego irrumpe en Egipto en forma de gran valle, hasta formar un amplio delta pantanoso antes de desembocar en el Mediterráneo.

Pero los egipcios se asentaron e los primeros 1300km de su cauce, donde sí era posible la navegación. Egipto era sólo la tierra fértil del valle, el Alto Egipto, y el delta, o Bajo Egipto. El resto era Deshert, la tierra roja, llamado así por el árido color de la arena del desierto yerm e infecundo.
El sol desaparecía al atadecer por el occidente, simbolizando la muerte, y nacía por la mañana por oriente, simbolizando la vida y resurrección. Por ello, las aldeas y ciudades se ubicaban en las riberas del Nilo, y las necrópolis y templos funerarios al oete de la ciudad.

Hapi era la divinidad que personificaba el río, representaba el poder benéfico y fecundante del río, que hacía verdear las orillas del Valle. El pueblo egipcio lo veneraba y el faraón hacía ofrendas para que las crecidas no tuvieran lugar a destiempo y fueran desmesuradas. En efecto, si las aguas no subían lo suficiente, , se reducía la superficie de tierra donde se quería sembrar, y las cosechas decrecían, con la consecuente hambrna de la población. Una crecida excesiva también creaban desastres: se perdían cosechas enteras por anegamiento, se destruían diques y canales, y aldeas y pueblos eran arrasados.

La mayor parte de la sociedad egipcia la formaban los campesinos que vivían del campo y cuyas vidas se encontraban condicionadas por las crecidas de este río.
Las crecidas de este río condicionaron la vida de los egipcios hasta la construcción de la presa de Assuan en 1970, que extinguió para siempre el ciclo de las inundaciones.



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